
Nota de la autora
"Sí, este post está escrito para empresarias y mamás. Porque soy empresaria y mamá, porque me identifico con esto y porque creo que aporto un enfoque especial en esta época en la que vivimos y eso me gusta. Pero si no eres mamá ni papá, no te escapes tan rápidamente de este post porque en tanto quieras ganar más tiempo y libertad para vivir el estilo de vida que se te antoje, y quieras mejorar tu calidad de vida... esto te interesa 😉

Imagen cortesía de Ambro
Uno de los mayores miedos de todas las empresarias cuando se convierten en mamás, es no dedicar suficiente tiempo a su familia. Y no se trata sólo de no estar para la hora de la cena, o no haber preparado la cena a tiempo o terminar comprando comida hecha porque no tienes tiempo ni para cocinar. Nuestro mayor miedo es descuidar la relación, no estar para nuestros hijos, no disfrutarlos y perdernos algo de su crecimiento, su desarrollo, de cada día que nunca vuelve a repetirse.
¿Te sientes identificada? entonces sigue leyendo.
En realidad no importa si primero has sido madre y deseaste convertirte en empresaria y crecer en tu carrera profesional como independiente dueña de tu propia empresa, o por el contrario, eras una empresaria exitosa y luego llegó la maternidad a tu vida. En cualquiera de ambos casos, hay tres cosas en común que te marcan como fuego:
Primero: quieres continuar creciendo con tu empresa propia, desarrollarte profesionalmente y tener éxito, pero definitivamente no quieres descuidar a tus hijos.
Segundo, lo que hacías antes, ya no te sirve.
Tercero, tu recurso “estrella” y tu factor escaso sin dudarlo ahora es “el tiempo”.
Durante más de un año trabajé en desmenuzar, simplificar, romper y recombinar mi modelo de negocio. Ese con el que había logrado poner en marcha mi empresa, el que me había facilitado conseguir clientes geniales con quienes adoraba trabajar, el que me había permitido ayudarles a transformar su carrera, a monetizar su conocimiento y convertir su profesión en un negocio rentable. Un modelo obsoleto, porque ya no me servía. No podía continuar haciendo lo mismo que antes. Tenía que crear un nuevo modelo perfecto para mí y para mis nuevos desafíos.
Este nuevo modelo es la base con la que trabajo ahora con mis clientas y clientes, pero lo más interesante es que no sólo les ayuda a cambiar “lo que hacen” en sus negocios ya establecidos para lograr más tiempo y libertad para disfrutar de su familia (o para vivir el estilo de vida que mejor les plazca). Lo que verdaderamente marca la diferencia es el upgrade que hacen de su mentalidad de empresari@s que ahora les permite volver a adueñarse de su tiempo, aprender a maximizar su negocio y a sacarle el máximo provecho a lo que hacen.
¿También quieres ganar más tiempo y libertad para disfrutar de tu familia, maximizando tu empresa? El primer paso es atacar (y solucionar) los problemas que hoy no te permiten crecer como empresaria sin invertir más tiempo y descuidando a tu familia. ¿Cuál es el tuyo?
Problema # 1 – No sabes cómo ser más productiva y que tu día rinda al máximo.
A lo mejor eres de las que piensa “con sólo media hora más voy a lograrlo” y así comienza a invertir más y más tiempo para lograr siempre lo mismo.
Estás siempre súper ocupada pero en realidad no consigues demasiado.
Siempre piensas “cuando tenga más tiempo, haré A, B o Z”. Pero ese momento nunca llega porque siguen y siguen lloviendo más pendientes y más cosas por hacer.
Tu empresa no crece, estás tapada de trabajo y lo peor es que te sientes totalmente abrumada por la situación.
¿Solución?
Empieza por ordenar tu vida de empresaria y hacer espacio en el día a día eliminando lo que no te conviene y que te está haciendo perder tiempo.
Es simple: aprende a NO hacer lo que no te beneficia.
Puedes usar mi regla 3D (delegar, desechar, discontinuar).
Todo lo que ya no funciona como antes, que no te genera resultados como antes y que al contrario te quita más tiempo, energía y hasta dinero mantenerlo (puede ser desde un producto o un servicio obsoleto, o una estrategia que te encanta pero que es evidente que ya no da frutos), entonces tienes que discontinuar.
Lo que no te trae un beneficio concreto al negocio y tampoco te afecta negativamente a ti o a tu negocio dejar de hacerlo, es evidente que tienes que soltarlo o desecharlo. Excelente ejemplo es darte de baja de esos blogs, o grupos que ya no te aportan y donde ya no aportas. A veces viene bien hacer una limpieza y darle espacio a lo nuevo en tu vida para recargar energía.
Lo que otra persona puede hacer mejor que tú (por ejemplo esa web que te has creado dándote de cabeza con la pared o ese software que te empeñas en aprender a usar aunque no es lo tuyo), o que alguien puede hacer de manera más eficiente o hasta económica (¿te has planteado cuántas horas has invertido en esto y cuánto dinero hubieras generado si invertías esas horas en actividades que sí te ayuden a crecer?) o que te quitan energía porque no es lo que más te gusta hacer, aunque sabes que es importante que estén hechas. La respuesta es delegar.
Problema # 2 – No sabes invertir tu tiempo y lo malgastas.
Es curioso como apreciamos el dinero y no lo invertimos sin más, aún cuando es algo que se puede ganar, perder y volver a recuperar. Y sin embargo no apreciamos de la misma manera el tiempo que es evidente que no lo puedes volver a recuperar.
Si un amigo o un colega te propone entrar en un proyecto juntos y tienes que invertir unos u$s1000-2000 seguramente lo pensarás, le harás unas cuantas preguntas y no invertirás hasta estar segur@ en qué te estás metiendo. Claro, quieres asegurarte que mínimamente no perderás tu dinero y también quieres saber cuánto recuperarás y en cuánto tiempo.
Pero la mayoría de las personas no hace esto mismo con su tiempo. En cuanto un colega te pide que te sumes a su proyecto de dar charlas o asesoramiento gratis para luego conseguir potenciales clientes pagos de ese mismo grupo, te entusiasmas y comienzas a trabajar. Sin saber siquiera si allí está tu cliente ideal (caso contrario nunca podrás recuperar tu inversión) o si el tiempo que vas invertir no será mayor (y por ende para ti más costoso) que simplemente hacer publicidad y salir a conseguir esos clientes por tu cuenta.
¿Solución?
La clave es aprender a invertir tu tiempo con inteligencia.
Tienes que pensar en tu tiempo como si fuera tu cuenta bancaria, aprender a ver la diferencia entre un gasto y una inversión (sí, estamos hablando de tiempo) y no realizar ninguna tarea si no estás 100% segura de que generará una ganancia (a corto o largo plazo, de manera directa o indirecta).
Hay muchas formas de aprender a invertir tu tiempo con inteligencia, sin embargo, hazlo simple y al menos hazte siempre estas preguntas:
¿cuánto tiempo voy a invertir en este proyecto? ¿cuánto estoy dejando de ganar por invertir en este proyecto el tiempo que podría invertir en generar clientes o ingresos para mi negocio de otra forma? Si descubro que es una buena inversión, ¿en cuánto tiempo voy a recuperarla?
Problema # 3 – No tienes idea en qué enfocarte para que tu negocio crezca.
No sabes en qué enfocarte, en qué invertir. Qué acciones realizar y cuáles definitivamente desechar para que tu negocio crezca y no sea una máquina de consumir todo tu esfuerzo, tiempo y energía.
¿Has escuchado que se dice que el 70% de tu semana tiene que estar dedicado a la publicidad, a atraer y conversar con potenciales clientes? No, bucear en el timeline de Facebook o de Linkedin no califica como búsqueda de oportunidades ni chatear califica como networking.
Y sin embargo me arriesgo a decir que el 99% de las empresarias no sigue esta regla.
Te invito a hacer un ejercicio, ¿cuántas horas de la última semana dedicaste a este tipo de actividades?
Aunque parezca que estás muy ocupadacada día, no te engañes, si no logras enfocarte en lo que de verdad te va a producir resultados, en lo que va a generarte ingresos concretos y en lo que va a hacer que tu negocio crezca, no importa si trabajas 10, 20 ó 40 horas cada semana, no vas a poder subsistir, no vas a generar ingresos, ni a conseguir clientes. Fin de la aventura.
¿Solución?
Enfócate primero en aquellas tareas que te ayudarán a generar más dinero y/o a crecer en tu empresa
La clave es enfoque láser. Dejar la dispersión y la confusión que te genera querer hacer 10 cosas al mismo tiempo sólo porque está de moda o porque otro lo hace. Enfocarte sólo en las actividades que harán que tu negocio crezca.
Yo sé que especialmente cuando trabajas pocas horas o cuando tus días son muy caóticos o impredecibles (el lunes trabajas 2 horas a la mañana, el martes trabajas 4 horas a la tarde y así toda la semana) a veces es difícil seguir esta regla. Pero al menos, intenta que el 50% de tu tiempo sea enfocado en estas actividades. Y empieza el día por allí, eso te marcará la diferencia. NO abras tu correo, no abras tu Facebook, no levantes el teléfono, ninguna distracción. Tómate 2 horas (o las que tengas) para generar oportunidades que realmente puedan ayudarte a crecer con tu negocio antes de hacer cualquier otra cosa en tu día a día.
Problema # 4 – No sabes elegir un modelo de negocio adecuado para ti.
Yo lo entiendo. Hay tanta información allí afuera, tantos expertos (gente que sabe) y tantos vendehumos (gente que repite como un loro sin saber qué está diciendo) recomendando ciertas cosas, que la mayoría de las personas se confunden.
¿La confusión de moda? Ingresos pasivos. Suena tan bien que caes en la trampa. Y no digo que no existan, que sean un fraude ni mucho menos. Existen, hay personas que viven casi íntegramente de ellos, y otras personas (este último es mi caso) que los utilizan para apalancar su empresa. Pero no es un “soplar y hacer botellas” y cuesta bastante más de lo que te imaginas cuando comienzas con ese viaje.
Ahora, cuando te pasas 5 meses sacando tiempo quien sabe de dónde para crear tu primer infoproducto, te rompes la cabeza con el software de moda (y aún así no logras mucho), te enteras de todo el trabajo que tienes que hacer para poder promocionarlo (al punto de preguntar, ¿qué tienen de pasivos?) y luego vendes poco más de media docena, la frustración es tan grande que piensas que el problema eres tú. Y la verdad es que no siempre es así.
¿Solución?
Necesitas elegir un modelo que cuadre con tus expectativas, sí, pero también con tu experiencia en el mercado, con tu posicionamiento, el tiempo que llevas allí, el mercado o cliente al que apuntas, lo que ese cliente necesita y está dispuesto a invertir.
Elegir un modelo porque es el que otro recomienda sin ver tu propia realidad, o elegir un modelo porque es el que el otro está haciendo (inclusive si es tu competencia) es una pésima decisión. Y lamentablemente es la que la mayoría de las personas decide.
Ningún modelo funciona de la noche a la mañana. No hay fórmulas mágicas. No hay estrategias mágicas. Hay modelos probados, estrategias poderosas, y aún así, tiene que ser perfecto para ti porque si no, te encontrarás procrastinando y huyendo de ellos pensando que el problema es el modelo o eres tú, cuando en realidad es simplemente que no es adecuado y perfecto para ti, en este momento.
Problema # 5 – No sabes cómo hacer para que tu empresa funcione sin ti.
También hay una enorme máquina de estrategias que pueden ayudarte a crecer y catapultar tu empresa, o pueden devorar cada minuto de tu día y con él, tus sueños de progresar.
Así que haces audios, videos, compartes tus artículos, estás en facebook, en instagram, en twitter, en 10 grupos en linkedin, en G+, tienes un podcast mensual, un blog, un vlog de vez en cuando, vas a la radio local, das charlas gratis en asociaciones locales, tienes un webinar por mes, haces alianza con otros 3 colegas, vendes sus productos como afiliado, ofreces sesiones gratis cada semana, haces campañas de email-marketing, tienes 4 leadmagnets funcionando y estás pensando en empezar a hacer publicidad por whatsapp (??). Si no tienes la cantidad de clientes que deseas, tienes que enfocarte en conseguirlos y aún si usas todas estas estrategias lo estás haciendo de forma muy ineficiente. Pero si los tienes y aún quieres continuar creciendo, ¿en qué tiempo vas a usar todas estas estrategias?
¿Solución?
La clave es maximizar tu empresa, es decir, aprender a ganar más, trabajando menos.
Así como hay modelos perfectos para cada tipo de empresa y de empresaria (yo tuve que trabajar bastante tiempo para encontrar cuál es el modelo perfecto para mí y tengo incluso planificado cómo evolucionará a través del tiempo), también hay estrategias que son ideales para ti, que van contigo y sacarán no sólo el máximo beneficio de tu tiempo invertido en ellas, sino que te ayudarán a mostrar lo mejor de ti, lo que eres, lo que sabes, lo que puedes ayudar a tus clientes a lograr. Sólo tienes que encontrarlas y enfocarte en ellas. No dispersarte con todo lo que hay, enfocarte en lo que te traerá más resultados en menos tiempo.
Ahora me encantaría leerte a ti: ¿eres madre y empresaria? ¿Con cuál de estos problemas te sientes identificada? Elige cuáles serán tus próximos 3 pasos de acción para empezar a maximizar tu empresa…¿te animas a compartirlos? Me encantaría que compartas tu opinión en la caja de comentarios que tienes más abajo.
¿Te gustaría llevar tu negocio al siguiente nivel pero sin trabajar tanto?
En este entrenamiento 100% GRATIS te enseño cómo multiplicar tus ingresos y crecer en tu negocio, pero sin duplicar tus horas de trabajo. Maximiza tu empresa para ganar más, trabajando menos, y así podrás disfrutar de más tiempo y libertad en tu vida personal.